lunes, 24 de septiembre de 2018

El ángel de la muerte.

Antes tus ojos eran mar, ahora simple arena.
Un pozo sin fondo, un desierto sin estrellas.
Donde la sombra del mundo alzará sus cadenas
Atándote al fondo y arrastrando tu existencia.
Y sonará entonces la voz sin son de aquella sirena
Que cantaba entonando mareas que ni el aire mecía.


Se oirá la llegada del ángel de la muerte.
Las figuras, difusas, que viste despierto
Ahora están oscuras, no hay luz que te guíe.
Nadie tiene la llave que abre tu celda.
Solo tú puedes huir de tu condena.


Aún había esperanza en tu corazón,
Añorando una luz, un punto de apoyo.
Donde tratar de aplacar tu dolor.
Pero no la alcanzaste, no tuviste el valor,
Dejaste de luchar y tu vida al final abatió.


Se oirá llegar el canto de la muerte. 
Te cegará, sentirás cómo te hundes.
En la oscuridad, sin luz, te empiezas a ahogar.
Nadie viene a salvarte y ahora ves
Que ya no habrá lugar al que regresar.


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